Mikel Olaizola

¿Puedes compartir tus planes para tu futuro en la nueva agencia, Argiartists, en el País Vasco?

Mikel – ¡Por supuesto! Mi plan es llevar toda la experiencia que he acumulado a lo largo de los años a Argiartists, la agencia que ahora me representa en el País Vasco. No ha sido un camino fácil, comenzando en Barcelona, donde cursé mis estudios y trabajé como asistente de fotografía antes de dar el salto para convertirme en fotógrafo. En el camino, he tenido la increíble oportunidad de trabajar con algunos de los mejores fotógrafos del mundo y agencias de publicidad reconocidas, y he viajado a lugares como París, Londres y Nueva York, acumulando una gran experiencia.

Cada fotógrafo tiene su personalidad única, y yo no soy una excepción. Espero transmitir mi estilo y personalidad a través de mi trabajo. Si bien Barcelona ha sido el punto de partida de mi carrera, veo el País Vasco como mi nuevo hogar, un lugar donde puedo establecerme y seguir creando obras notables que resuenen a nivel mundial.

¿Cuál fue tu perspectiva sobre la atmósfera y la visión detrás de tus fotografías que vemos aquí en el Jaizkibel?

Mikel – ¡Por supuesto! Cuando llegué a Jaizkibel, me impresionó de inmediato la atmósfera misteriosa y espeluznante que rodeaba el lugar. Fue un día diferente a cualquier otro, con una densa niebla que creaba un entorno surrealista y casi mágico. Supe de inmediato que esta era la oportunidad perfecta para capturar la fascinante realidad de lo que estaba presenciando.

Mientras exploraba los alrededores, me encontré con una variedad diversa de personas y personajes, cada uno con sus propias características únicas y auténticas. Sus rostros estaban llenos de curiosidad e intriga, y sentí la necesidad de congelar estos momentos genuinos en el tiempo.

Quería que mis fotografías reflejaran la verdadera esencia de Jaizkibel, sin ser alteradas por modificaciones artificiales. La atmósfera brumosa añadió misticismo al lugar, y lo vi como una oportunidad para retratar la escena en su forma más pura. En lugar de transformar la realidad para adaptarla a una narrativa preconcebida, mi objetivo era transmitir las emociones crudas y las expresiones sinceras de las personas que encontré.

El día estaba nublado, pero de alguna manera, esto mejoró la atmósfera y me permitió crear imágenes que parecían casi etéreas, como sacadas de un libro de cuentos. Mi visión para esta fotografía era capturar el lugar tal como era ese día, sin filtros ni alteraciones. Creo que preservar la autenticidad del momento es crucial para crear fotografías significativas y evocadoras.